junio 15, 2006









Las renovaciones se hacen indispensables cuando los años pasan. El desgaste de los materiales, la suciedad y la humedad van dejando huellas que no pueden desaparecer así de simple.

Hace un par de días un puñado de chilenos (10) que ostentan cargos de representación popular (senadores y diputados) de distintas bancadas, concurrieron de forma voluntaria y personal al país hermano de Bolivia, con el fin de reunirse con sus pares altiplanicos. La intención última era coperar al trabajo realizado por nuestros representantes internacionales en dicho lugar, y tratar de establecer las bases de una cordial y fraterna relación entre ambos países.

Los resultados de dicha travesia por lo visto fueron los esperados por los aventureros.

Pero una vez de regreso en nuestro querido, moderno y acogedor chile, éste pequeño piquete de osados parlamentarios, tuvieron que afrontar las verdaderas "apedreadas" de sus propios colegas de la coorporación, claro está sin poder resguardarce tras los pirotécnicos pacos-escudo, últimamente tan famosos.

Pero estas gestiones no pueden pasar sin que alguien se sienta "pasado a llevar". Aparecen así los mismos histéricos y sobre-actuados de siempre, representando el alma mas pechoña y "criolla" de nuestro país. Las quejas no se dejaron esperar.

Los argumentos iban desde la improcedencia politica hasta la farandulera intervención de algunos de los miembros de dicha partida. Siendo honestos, existen dentro de éste grupo faranduleros de tomo y lomo como el seños Enríquez y el señor Avila. pero bueno... peor es ná...

Sin perjuicio de ésto último, debemos destacar la innovadora y pro-activa voluntad de los parlamentarios. Por lo visto el trabajo dentro de las cámaras no es tan arduo como se cree, incluso alcanza el tiempo para realizar actividades que se salen de las tareas caseras.

De esta manera parece que la pro-acción de algunos y las innovaciones de otros ponen en jaque a aquellos que viven felices sentados en la cobertura de grasa que se desarrolla con el ejercicio político.

Aunque no es nueva la visión, nuestra vieja política de hipocresia y falso sentido de la chilenidad, requiere de una pronta renovación, la que sólo puede ser efectuada por voluntades nuevas y dinámicas que dejen atrás las ataduras que aún existen.

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